El almacenamiento local parece estar deshabilitado en tu navegador.
Para obtener la mejor experiencia en nuestro sitio, asegĆŗrese de activar Almacenamiento local en su navegador.
El origen del Aloe Vera

Etimología
La etimología y la denominación Aloe vera tiene un origen doble: árabe y griego, “alloeh”, que en árabe significa: "sustancia amarga" y “alos”, que en griego antiguo significa: "mar", mientras que “vera” en latín significa “verdadero.”
En ambos casos la forma de llamar a esta planta medicinal importante de la naturaleza se asocia con sus cualidades, por un lado su jugo amargo y viscoso, y por otro el considerable flujo de agua en el interior
El Aloe vera - desde la Antigüedad hasta nuestros días
Historia y leyenda se confunden en torno a la figura del aloe a lo largo de los siglos.
Pero una cosa es cierta: el Aloe vera ha sido una de las plantas más importantes de la medicina popular desde la Antigüedad y los conocimientos de su uso se fueron transmitiendo oralmente de generación en generación por, sacerdotes y médicos de la realeza en diferentes culturas, los cuales a menudo dejaron dibujos o escritos.
MESOPOTAMIA
Aunque no se conocen los datos exactos de la antigüedad del uso del Aloe, en las tablas de barro de Nippur (civilización sumeria 2200 a.C.) ya se hizo mención escrita de ella.
Sus propiedades para limpiar el tracto intestinal eran conocidas. Tal y como se comprendían las cosas en aquellos tiempos, las enfermedades eran interpretadas siempre como una señal de la penetración del diablo en el cuerpo. Solo una planta divina podía ahuyentar los demonios. O sea, el Aloe era considerada una planta divina.
EGIPTO
Bien que los griegos consideraban el Aloe vera como la panacea universal, fueron los egipcios que más lo utilizaron.
Los egipcios se referían al Aloe como la "planta de la inmortalidad" y por ello era un regalo en las ceremonias funerarias como símbolo de renovación de la vida. También se utilizaba en los embalsamientos de los mismos – por su efecto bactericida y fungicida. Se creía que al impedir la descomposición del cuerpo se alcanzaría la vida eterna – tanto corporal como espiritual.
Los egipcios lo utilizaron como un ingrediente magistral para sus pociones. En el famoso “Papiro de Ebers (1500 a.C.) se mencionan sus efectos anti-inflamatorios y analgésicos. Se encontraron dibujos de hojas de Aloe en pinturas rupestres.
Un papiro que data del reinado del faraón Amenhotep en 1552 a.C (se encontró entre las rodillas de una momia excavada en 1858!) dio no menos de doce fórmulas diferentes para las preparaciones de Aloe vera utilizadas durante los dos mil años anteriores.
Los mitos y leyendas que rodean el uso del Aloe vera en la antigüedad sugieren que fue una parte importante del régimen de belleza de las reinas egipcias, Nefertiti (1370-1330 a.C.) y Cleopatra (69-30 a.C.).
EL REY SALOMON
El Rey Salomón, rey de Israel, (965-928 a.C.) valoraba altamente las propiedades medicinales de esta planta; incluso cultivaba su propio Aloe vera. En el Salmo 45: 8 encontramos lo siguiente: "Tus vestidos huelen a mirra, aloe y canela ...".
ALEJANDRO MAGNO
Cuenta la leyenda que un día Alejandro Magno fue herido por una flecha y un sacerdote enviado por su maestro Aristóteles pudo salvarle tras limpiar y tratar la herida con un aceite de Aloe vera procedente de la isla de Socotra, en el Océano Índico. Hacerse con las plantaciones de aloe de dicha isla para sanar a sus guerreros heridos sería pues el motivo por el que el Alejandro. en 333 a. C. la conquistara.
ROMA
También los romanos aprovecharon la experiencia de egipcios y griegos con los efectos beneficiosos de la planta de aloe.
Durante el reinado del emperador Nerón, en torno a 50 d.C., vivió el médico naturalista Dioscórides, que viajaba por todo Oriente. Este médico escribió un tratado de farmacología en varios tomos, incluyendo muchas recetas para el tratamiento de cientos de enfermedades. En los amplios capítulos sobre el efecto positivo de las plantas, describe la planta de aloe como una de sus plantas preferidas. El recomendaba el jugo de aloe para el tratamiento de heridas, en caso de molestias estomacales e intestinales, para inflamaciones de las encías, dolores articulares, prurito, insolación, acné, alopecia, etc.
ASIA
En la cultura china, ya en el momento de los viajes de exploración de Marco Polo, el Aloe vera era un componente constante en los tratamientos médicos.
El Aloe aparece en el “Libro de las Hierbas Mediciales” chino, Se cree que su redacción requirió más de 2 siglos de trabajo y la colaboración de más de 2000 especialistas, entre escribas y médicos.
El aloe aparece en 8 de los 10 volúmenes que componen la obra donde se recomienda su aplicación externa e interna para todo tipo de lesiones o dolencias.
En Japón, el Aloe tuvo una apreciación similar: se consumió como "Planta Real", se bebió como jugo y fue utilizado por los samuráis.
SÁNSCRITO
La medicina ayurvédica es un antiguo sistema de medicina originario de la India y se fundamenta en el uso de plantas medicinales.
Este tipo de medicina se basa en tres doshas o humores (energías) que se denominan Vata, Pitta y Kapha.
En Ayurveda, el Aloe está considerado una de las pocas plantas capaces de reequilibrar Vata, Pita y Kapha.
Vata gobierna la respiración y todo lo relacionado con el movimiento del cuerpo. Pitta rige el metabolismo, la digestión, así como la inteligencia y Kapha regula las funciones basadas en el elemento agua, la estabilidad, la estructura ósea, la piel y los tejidos.
EDAD MEDIA
Entorno al año 1100, la monja benedictina Hildegard von Bingen describe Aloe como remedio para la ictericia, enfermedades estomacales y migraña, contra caries y úlceras supurantes.
EL ALOE EN ESPAÑA
Los árabes comenzaron a comercializar la planta y posteriormente, los mercaderes fenicios extendería el empleo de ella por todo el imperio grecoromano, incluyendo la Península Ibérica y las Islas Canarias para encontrar un remedio eficaz para curar rápidamente las heridas de guerra, aunque no haya rastros escritos de ello, existen textos árabes que lo mencionan.
EL NUEVO MUNDO
Algunas teorías cuentan que durante el viaje al nuevo mundo, Cristóbal Colón llevaba en sus barcos macetas con plantas de Aloe para curar con su jugo las heridas de sus tripulantes.
Se dice que escribió una frase en su diario que por sí sola debería convencernos de la versatilidad y eficacia de esta planta: “Todo está bien, hay aloe a bordo”.
Otras fuentes cuentan que el Aloe vera no llegó a América con la conquista.
Los mayas y los aztecas ya lo utilizaba e incluso era una de las 16 plantas sagradas que se veneraban como si fuesen dioses.
Los indios maya dieron nombre al jugo de esta planta del desierto: "Fuente de Juventud".
Diluían el jugo de aloe con agua y se untaban todo el cuerpo con esta sencilla mezcla para proteger sus cuerpos durante las duras marchas en terreno pantanoso.
Esta propiedad repelente de insectos del aloe fue utilizada también por los indios para proteger los materiales vulnerables a los ataques de los insectos, como la madera. De este modo permanecía durante muchos años sin daños.
En el siglo 16 los monjes jesuitas españoles - hasta hoy famosos por ser los más entendidos en plantas y sus efectos curativos - coleccionaban la planta silvestre de Aloe y contribuyeron a su expansión hasta en lugares donde aun era desconocida.
RUDOLF STEINER
Rudolf Steiner (fundador de la antroposofía, la educación Waldorf , la agricultura biodinámica y la medicina antroposófica), decía que en la planta de Aloe (planta del elemento acuático) se libra una lucha entre la luna y el sol - siendo su característica principal la tensión entre lo etérico y lo astral.
Lo especial de Aloe es su capacidad de organizar el agua, preservar lo vivo y multiplicarlo (numerosos esquejes), a pesar de unas circunstancias adversas como calor, viento, sequedad.
Gracias a su dura piel externa y su complejo sistema de venas interiores, la planta Aloe consigue de forma magistral proteger su sustancia acuosa de la evaporación y mantenerse así viva.
SEBASTIAN KNEIPP
Kneipp, sacerdote y médico naturista alemán (1821- 1897) era un gran admirador de Aloe vera y la prescribía con frecuencia - como planta y en forma de polvo.
Apreciaba especialmente su efectividad como remedio para la desintoxicación y purificación del tracto gastrointestinal -especialmente en combinación con las famosas curas de Kneipp-, el intestino y el sistema inmunológico.
También comprobó la efectividad de Aloe en problemas oculares - tanto de tipo inflamatorio como degenerativo. A menudo empleó Aloe con éxito en estos casos.
EL SIGLO XX
A partir de 1930 se comenzaron a realizar estudios que daban rigor científico a las propiedades ya avaladas por los antepasados.
El Dr. Collins y su hijo comprobaron la extraordinaria eficacia de esta planta para curar las quemaduras que los Rayos X producían a pacientes y médicos.
Las investigaciones continuaron con las quemaduras causadas en las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki por las explosiones atómicas.
Un estudio demostró como las personas a las que se les administró aloe se curaron más rápidamente y, en muchos casos, sin dejar señales ni cicatrices.
LA EXPLOTACIÓN COMERCIAL
En la década de los años 1970, el farmacéutico Bill Coats, consiguió separar la Aloína de la corteza y estabilizar el gel tomado de la hoja añadiéndole Vitamina C (Ácido Ascórbico), Vitamina E (Tocoferol) y Sorbitol, lo que masificó el uso del Aloe y creó una industria asociada a esta planta.
Diversos estudios, principalmente en Estados Unidos y la antigua URSS, demostraron las propiedades curativas del Aloe en dolencias tales como úlceras, eczemas, quemaduras y un amplio espectro de enfermedades cutáneas.
Ya en la década de los 80, empiezan a emerger las explotaciones comerciales de Aloe vera en países como Argentina, Paraguay, Brasil y México.
España comienza su cultivo por la década de los noventa, apareciendo pequeñas plantaciones por el sur de la península, principalmente por la zona de Málaga y Cádiz. Periodo en el que también se incorporan agricultores de las Islas Canarias donde prolifera mucho el cultivo erigiéndose como los mayores productores de Aloe en España y Europa.
Más tarde, a partir del año 2000, es cuando un pequeño número de agricultores de la península, buscando cultivos alternativos a las plantaciones y productos tradicionales, van a conocer las bondades de la planta y comienzan su andadura realizando estudios de viabilidad, rentabilidad y mercado potencial del producto.